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Baiser Volé by Cartier

Este perfume aparecido durante el año 2011 corresponde a una fragancia que no guarda relación con el perfume Le Baiser du Dragon de la misma marca y aparecido en el 2003, y que se basa casi exclusivamente en una flor de lirio de la cual aprovecha tanto la flor como partes de la planta para dar un aroma mágico y embrujado, capaz de despertar pasiones desenfrenadas en los hombres que lo huelen y que causan un beso casual y atrevido, o un "beso robado" que corresponde a la traducción en francés del nombre del perfume. El envase sigue líneas lisas y de bordes redondeados, con un cristal rosado con aspecto nacarado y con un tapón dorado de apertura lateral a modo de encendedor que deja a la vista la válvula aplicadora. En el sitio de Cartier destacan el carácter monofloral de la fragancia señalando que sus notas aromáticas básicas son: hojas de lirio, pétalos de lirio e interior de flor de lirio.

En la partida la fragancia muestra un carácter floral centrado en jardín, con una primera idea de jazmín rústico por una idea de jabón que tiende a savia de plantas, con una base polvosa que no alcanza a llegar a un especiado y que parece derivado de pétalos o raíces, en principio cercano a iris suave, con toda la mezcla manteniendo un carácter inicial medianamente lineal. En fase media a 20 minutos la fragancia se mueve en torno a lirios del valle con puntos de savia y hojas verdes indefinidas, agregando partes de ámbar y tonos secos de madera al llegar a 1 hora y media de la partida, con registros de pétalos polvosos que marcan puntos cruzados entre iris, violetas apagadas y rastros de efectos de alga parecidos a los presentes en Fiore dell'Onda de L'Erbolario e Iris Ukiyoé de Hermès hacia las 3 horas, agregando líneas más inocentes y más alejadas del concepto de jardín a las 4 horas. Cerca de las 6 horas desde la partida el aroma retorna a líneas jabonosas por el lado de un lirio del valle concentrado y con rasgos vegetales, con ideas de polen al fondo que se cruzan con ámbar y musk, acompañado de un fondo en descenso de violetas o iris dulce con un dejo a bergamota. A las 10 horas la fragancia agrega nuevas capas polvosas y terrosas que parecen derivar del punto de iris, con la porción floral aumentando en concentración e intensidad y apegada a musk, mostrando una baja gradual de la intensidad hacia las 18 horas cuando los polvosos dan una cercanía con aldehídicos con una veta ligera de alimonado. En fase final pasando las 24 horas la fragancia desarrolla una mayor presencia de violetas tibias con musk con rasgos de algas y tierra seca similar a iris, rebajando la intensidad a nivel ambiental pero manteniendo una sensación densa a ras de piel parecida a una veta floral puntual de Flower de Kenzo.

El perfume tiene una evolución lenta, comenzando por líneas de jardín muy personales e inocentes para luego asentarse en un ambarado fresco al musk con un centro floral de buena intensidad y estela mediana, que al menos en un escenario de diario fresco y primaveral veraniego presenta un estilo semiformal relajado y elegante a la vez, de enfoque social en general y posiblemente cotidiano en las primeras horas de aplicado. En oficina el aroma nuevamente da una idea elegante y minimalista que favorece un buen efecto memoria, apto para reuniones y tratos con clientes mostrando un tinte autoritario implícito subconsciente y no agresivo, sintiéndose al moverse en pasillos en la parte final de la fase media. En lo nocturno el perfume se mueve dentro del grupo de aromas discretos perceptibles a corta distancia enfocados a situaciones de ambiente limpio como cenas y matrimonios formales y semiformales, dando la impresión que el aroma se pierde en pubs y fiestas informales. Por el lado romántico la fragancia se muestra inocente durante la mayor parte del tiempo, presentando momentos sensuales a cargo de la capa de ámbar que se proyectan bien en situaciones más elaboradas en pareja. Rango de edad entre 25 y 60 años.