Ma Griffe by Carven

Este perfume del año 1946 corresponde a la primera fragancia de la casa francesa de vestuario Carven, fundada por Carmen de Tommaso un año antes siguiendo un estilo alejado de las líneas sofisticadas y selectivas de sus pares como Christian Dior en favor de un enfoque más espontáneo y fresco pensado en el día a día de la mujer de esa época, abriéndose incluso hacia un mercado más joven y adolescente al ofrecer diseños en tallas más pequeñas como experiencia propia de la diseñadora por su relativa baja estatura, con la marca siendo bautizada como "Carven" como una variante artística de "Carmen, incluso adoptando este nombre la diseñadora en los siguientes años bajo el título de "Madame Carven". La fragancia toma el nombre "Ma Griffe" por un diseño de tela listada en verde y blanco llamado así y que era usado a menudo en sus colecciones con ligeras variaciones (con "ma griffe" pudiendo tener dos interpretaciones en francés, una como "mi sello" o "mi firma" como sello artístico y otra como "mi garra" bajo un enfoque animal como líneas provocadas por rasguños), con el aroma siendo fiel al estilo juvenil al que se apegaba la casa de diseño recurriendo a florales frescos con una base aldehídica clásica de la época. El envase desde su creación ha mantenido una caja decorada con franjas diagonales verdes y blancas que han variado en grosor en cada década, con el frasco tomando una forma rectangular que en la actualidad simplifica el tapón de vidrio originalmente envuelto en hilos dorados a un cubo transparente metalizado en su interior, reduciendo también el color del líquido de un ambarado oscuro a un amarillo mucho más transparente. En el sitio de Carven destacan sólo las colecciones de vestuario, sin que se mencione este perfume o su descripción.

En partida la fragancia presenta una primera línea de florales blancos suaves que se mueven en un rango menor al de una tuberosa y con sensación de un lirio del valle intenso, seguido por líneas de frutas en torno a ciruelas que bajan al cabo de 5 minutos para potenciar una línea dominante de aldehídicos seguido de polen y rasgos de ylang-ylang con flores de azahar que potencian el alimonado de aldehídico, con rasgos vagos de polvosos paralelos que insinúan la persencia de un vetiver mesurado ligeramente verde. En fase media a 30 minutos el aroma mantiene un dominio de aldehídicos de gran profundidad aromática que solapa al resto de las notas, rebajando las ciruelas y manteniendo al grupo floral girando en torno a lirios del valle en un estilo más fresco seguido de un jazmín clásico de aspecto limpio, incluyendo a los 40 minutos nuevas notas de aspecto más animal que se acercan a civeta y que se compensan por una línea más cargada a la bergamota por parte de las flores de azahar, agregando a 1 horas puntos de gardenia más elegantes y complejos junto con capas paralelas de madera cercana a canela. A 1 hora y media la línea de aldehídicos presenta una nueva evolución yendo hacia atalcados con aires de iris manteniendo un dominante fresco y no denso de ylang-ylang, con variaciones adicionales de la flor de azahar que apaga la línea de bergamota en favor de tonos verdes de hojas distante a herbales, sumando en la base capas de resina y de madera de arbustos derivadas de un vetiver fresco y polvoso a la vez, mostrando a las 2 horas un aumento de potencia en el talco de iris que arrastra terrosos y se proyecta hacia violetas, con retornos del aldehídico que dan un acercamiento suave hacia el estilo de Charlie de Revlon. A 3 horas y media la fragancia reduce parte de su aroma y de su variedad aromática estableciéndose en atalcados de iris con ámbar y musk acompañados de flores de azahar, con una presencia casi nula de ylang-ylang y con aires verdes discretos de vetiver que siguen confundiéndose con madera de arbustos y raíces, apuntando a un estilo chiprés discreto y mesurado mucho menos terroso que el presente en Ô de Lancôme. Después de 6 horas la fragancia se estabiliza en torno a la línea de talco con iris que recuerda un talco perfumado clásico con una base de maderas al vetiver que rebajan las flores e incluso reducen al ylang-ylang a una veta de miel con polen, con el tono de tallos yendo en ascenso a las 8 horas y sumando terrosos de musgo a las 9 horas, momento en que retornan los florales limpios en torno a jazmín con lavanda y violetas, llegando a las 12 horas a un aroma atalcado que potencia un iris con partes jabonosas de jazmín, manteniendo un estilo aromático relativamente lineal. En fase final al alcanzar las 24 horas la fragancia presenta vetas combinadas de talco floral con colonia clásica de jazmín que se mueven en paralelo con una línea seca de vetiver amaderado mucho más notorio y verde con resina ligeramente especiada y retornos del aldehídico que comparte puntos con el talco y el jazmín aportando un alimonado apagado, con una intensidad en general mesurada y apegada a la piel.

La fragancia ha tenido varias reformulaciones a los largo de sus más de 60 años de existencia, con la versión original mostrando líneas verdes aldehídicas marcadas y con una segunda formulación tomando tintes más especiados, con la variante de mediados de la década del 2000 apegándose a líneas más frescas de intensidad mesurada que siguen manteniendo un polvoso atalcado con rasgos de jazmín e iris con vetiver que suelen asociarse con épocas más antiguas o mujeres de mayor edad. Descartando esta predisposición y sin considerar estereotipos, la fragancia se siente lo bastante fresca para ser usada en un escenario de diario veraniego y primaveral, aguantando días calurosos mesurados gracias a una intensidad aromática no densa pero tendiendo a quedarse en un estilo semiformal que se aleja de otros perfumes de corte cítrico o acuático más cotidianos o funcionales. En oficina la fragancia hace un buen balance entre una imagen elegante y una profesional de corte limpio, sin sentirse intrusivo en espacios cerrados si se aplica de forma mesurada y guardando cierta apariencia joven a pesar que los rasgos atalcados restan algo de dinamismo, dando la sensación de un aroma de talco aplicado después del baño. En el campo nocturno la fragancia se apega a usos elegantes semiformales de ambientes limpios y calmados tipo cenas o reuniones de negocio que no buscan conseguir el cierre de un trato, sintiéndose algo rígida en fiestas informales dinámicas y dando una estela tenue y ligera que se siente sobrepasada en galas más formales. En lo romántico el perfume consigue rescatar una faceta inocente y femenina a la vez que se siente grata de oler a corta distancia, sin un perfil conquistador de acuerdo a los estándares actuales pero resultando grata en salidas en pareja. Rango de edad entre 25 y 60 años.